Por Wendy Rosas
Un musical es un género teatral que integra una
historia emotiva, canciones, bailes, acompañamientos instrumentales y en
algunas ocasiones danzas. Según la RAE, su origen se remonta a varias fuentes
teatrales en Europa del siglo XIX, incluyendo la opereta y el género burlesco.
En Guatemala el teatro musical comenzó en 1902 con la “Compañía
Típica Nacional”, fundada por el músico quetzalteco Pedro J. Vásquez. Dicha
agrupación presentó algunas operetas de repertorio internacional, sin tener
éxito, luego comenzaron a presentar obras ligeras confeccionadas por la propia
compañía, como: Entre Fronteras, Si yo
fuera presidente, Navidad y Juan Chapín.
Actualmente en Guatemala muchos teatros y diferentes
compañías han puesto en escena diferentes musicales, por eso mismo esta rama
teatral ha crecido. “El teatro musical en el país ha crecido
indudablemente, han relucido nombres y
compañías de las cuales su trabajo ha sido espectacular. Pero podría haber
crecido más, o puede crecer más”, comentó Stanley Woods, actor, cantante y
bailarín, actualmente maestro de canto de la academia Staccato Guatemala y
director de la obra Aquí no hay dobles.
A pesar del crecimiento que se ha tenido, no se han
hecho musicales meramente guatemaltecos, incluyendo letras, historia, melodías,
etc. “Muchas veces somos copiones por desgracia, como por ejemplo, acabamos de
poner El Despertar de la Primavera de
Broadway, un musical que ganó muchos Tony´s en el 2007, era sajón pero no era
un Hairspray o Annie tal vez que lo hacen muchos en otros teatros. Yo siento que
esta obra si llegaba y tocaba temas universales que debían ser contados”,
compartió Luis Pedro Abril, actualmente director artístico del Teatro Abril,
graduado como productor y director de Yale University.
Sin embargo, se han tomado algunos musicales y se
cambian, modifican o crean música hecha por guatemaltecos. Luis Pedro Abril comentó
que para él Lisístrata, un musical que
dirigió en el 2012, fue un éxito estético, ya que la música de la historia fue creada
por chapines y puesta en la era actual para que el público se sintiera más
identificado con la trama. “De alguna manera muy ridícula, Lisístrata cuenta la misma historia porque no aprendemos de los
errores, por ejemplo de la guerra y violencia que hay aquí en Guatemala que se
sufren cada día, este musical trata de recordarles de una manera muy jocosa y
creativa como podemos dejar de estar peleando”, expresa Luis Pedro Abril.
Este tipo de espectáculos son diferentes y complicados
de hacer, ya que su proceso es muy complejo. “Los musicales son una forma de
expresión más completa, ya que requiere mayor concentración tanto en la actuación
como en el desempeño musical, esto incluye movimiento escénico, expresión
corporal, afinación y colocación de la voz, entre otros”, compartió Alcira
Rodríguez, , contralto, estudió canto operático
en el Conservatorio Nacional y actualmente es entrenadora vocal independiente.
Primero se debe buscar personas que puedan actuar,
bailar y cantar al mismo tiempo, por medio de castings, luego crear las
coreografías y las escenas y al final hacer que todo cuaje para dar un buen
espectáculo. “Todos pasamos por Innovación, realización y aceptación, ese
proceso como en cualquier propuesta es lo difícil, los tres pasos desde crear,
poner en marcha ideas y después aceptarlas nosotros mismos, lo catalogo como
complejo pero no imposible”, aclaró Woods.
Este proceso requiere de una inversión, ya que no solo
se necesita un escenario y vestuario, sino que audio, micrófonos, coreógrafos,
coordinador vocal, entre otra cosas. “Estos musicales son retos, primero, aquí
en Guatemala por ejemplo, hay talento, lo que cuesta es encontrarlo, segundo,
la inversión que realmente hayan personas que quieran no solo venir al teatro,
sino que estén dispuesta a arriesgarse”, comentó Abril.
Lo más importante de esta rama, es la música, ya que
expresa con más profundidad aspectos de la historia que el autor quiere decir.
“Lo importante es saber la historia y los personajes, que uno se identifique
con ellos y que la música de alguna forma, como la opera, hace objetivo lo
subjetivo, hace que los sentimientos se deleiten más con la historia, que se
identifique uno más con los personajes, que sea más claro lo que están
viviendo, lo que quieren vivir, lo que quieren ser, yo creo que por eso me he
inclinado más a los musicales porque profundizan más en los personajes y en la
historia”, expresó Abril.
Es diferente la forma en que se debe cantar en un
musical porque en algunas ocasiones los movimientos de los bailes son muy
bruscos y hace que a los artistas se les olvide cantar, actuar y bailar al
mismo tiempo. “Las letras y las canciones deben ser previamente ensayadas con
todo el elenco y el montaje, incluyendo los bailes y movimientos marcados para
que a la hora del espectáculo los artistas no desafinen y no pierdan la
coordinación, así se logrará un buen show”, dijo Alcira Rodríguez.
Es un hecho que el teatro musical en Guatemala seguirá
creciendo debido al auge que tiene recientemente, “lo que se necesita para
crecer son personas que se arriesguen, no esperen que la gallina ponga el
huevo, sino crear el huevo sin la gallina, eso es realmente”, compartió Luis
Pedro Abril. “Guatemala necesita unidad, congeniar y unir recursos, si todo el
gremio artístico en general se uniera, sin rivalidades seriamos una bomba y el
teatro musical requiere de todas las manifestaciones artísticas de músicos,
cantantes, bailarines, actores, comediantes si nos unimos seremos invencibles y
juntos somos más y mejores”, expresó Woods.